lunes, junio 25, 2007

Chocaron los universos. Colapsó nuestra realidad, demasiado tarde para detenerse.
La existencia se expande, los espacios se pliegan sobre sí mismos, los tiempos se derrumban y caen dentro de huecos inmensos que devoran las historias de todos, cada una de ellas.

Insignificantes los esfuerzos de detener la hecatombe subiendo escalinatas de mármol. No entrarás al siguiente nivel así, y no, tampoco con la playstation, no es así. Nada de lo que aprendiste sirve hoy, son otros tiempos, ya nada es como crees. atodo está en movimiento.

Demasiada energía sin forma que la pueda contener... -dijo reflexivo mirando hacia algún lejano punto en su interior- aunque los sabios se esfuercen es demasiado para todos, la luz acaba por cegarnos y nada se interpone entre el camino gastado de excusas y el silencio incansable.

Unidos

Cruzo el umbral y tus manos húmedas me sostienen.
Miro de lleno a tus ojos siempre atentos, siempre despiertos
me siguen amorosos a través de todos mis ánimos
me siguen desde hace años... aunque yo no lo sospechaba.

Te abrazo y te siento temblar de emoción,
me envuelve tu amor, como un capullo,
me lleva a otro espacio sin tiempo,
nada me alcanza más que tu beso, nada me toca ya
me he transformado en parte de tu cuerpo...

Soy como en tus deseos de fin de año, como en tus sueños,
somos uno, ya no está en nosotros decidir,
porque habitaste mi historia silenciosamente, y construiste mi vida,
me rescataste del riesgo mortal de jamás haber sido soñado.

sábado, junio 16, 2007

¡Ah! si -dijo-, recuerdo haber estado alguna vez en ese lugar, y seguidamente comenzó a dar detalles como si hubiese caminado por los mismos caminos; detalles minúsculos, por ejemplo de como las piedras pequeñas se distribuían en los bordes del camino, cubriendo la tierra cada vez menos, y de como la tierra se escondía en el medio del camino y se asomaba timidamente en los bordes para salir en su esplendor en los jardines... y luego habló de cómo el camino es el armazón y las piedras se recuestan en él, y entonces me explicó que si era lo bastante atento, podría ver como debajo del camino, había otro y otro y otro, y otro mundo... todos ensamblados a través de un fino delgado hilo que nosotros estábamos creando.

- Me sentí aturdido, no comprendía de que hablaba, le dije: -no sé de qué se trata lo que estás diciéndome-. Ella, sólo me miró con ternura, puso su mano sobre mi cabeza, revolvió un poco mi pelo, y luego de sentirme un niño, ya no estaba allí.