"Por favor, vos que escribís tan bien, escribí una carta de agradecmimiento para la gente del trabajo de tu hermano"
Buenos aires, 15 de Julio de 1994
A la dirección, al personal y a los socios de HEBRAICA
De mi mayor consideración:
Deseo agradecer vuestras condolencias en relación al fallecimiento de mi hijo Gustavo Leone Rebull hasta hace poco tiempo también integrante de vuestra familia.
En situaciones de emergencia prolongada como las sucesivas internaciones de mi hijo durante los últimos dos años, frente al miedo, al esfuerzo de tener que llevar adelante las propias obligaciones además de las complicaciones de la enfermedad que le tocó padecer, fue cuando encontré más apoyo en Uds. del que jamás hubiera esperado.
Cuando las cosas se complicaban y todo parecía derrumbarse, era entonces que hallaba en la gente de Habraica una verdadera familia que me ofrecía comprensión, fuerzas, y medios económicos para sostener a mi hijo con vida. Cada uno de sus gestos sumó días enteros a la vida de mi hijo y jamás dejaré de agradecerlo. Fueron mucho más allá de la obligación o del compromiso y eso habla de la elevada calidad humana que poseen. Sin vuestra solidaridad no habría podido soportar esta dura prueba.
Agradezco a Dios por haberlos puesto en nuetro camino, y particularmete a los directores, a sus compañeros de oficina y también a los socios de Hebraica por su inestimable ayuda.
Quisiera ahora compartir con Uds. un poema de mi hijo:
...Apenas somos hojas que el viento barre en su andar infinito,
mientras la primavera de la vida nos engendra en multitudes
que no sobreviven al primer invierno.
mas... ¿cómo sobrevivir a un invierno eterno?
Nada pertenece a la realidad.
Hoy no digo "basta a la vida".
Cambio de mundo pues anhelo vivir
y amo la vida
Me embarco hacia otro puerto
donde conoceré nuevas caras
y hallaré nuevas sonrisas.
Gustavo Rebull
