miércoles, agosto 17, 2011

NO HAY REGRESO


Un día cualquiera
caminas por la ciudad desprevenido,
y de pronto te das cuenta
de que ya no hay retorno 
a lo que eras...


Eso de enamorarte cambió tu vida
de un modo que no entiendes.
Perdiste algo tuyo.

Ahora el viento y el sol te arden
cuando no vas de su mano, 
como si hubiesen arrancado tu piel.

Te sientes torpe andando solo
por las veredas húmedas,
sin los otros pasos para acompasar;
es como cojear.

El deseo es vergonzante,
no sabes qué hacer con él
porque te fuerza a ver
que tu cuerpo aún recuerda.

Perdiste algo importante: 
la cubierta de tu mundo
debajo de la cual
se escabullía tu soledad; 

Ahora anda suelta 
y desfila obscenamente
por todos los rostros, 
por todos los besos...
y tú, desnudo en el invierno.

Ahora tu mundo rechina cuando gira,
gime a cada vuelta.

Tu cabeza no puede más: alucina 
regresa obstinada al tiempo 
en que amabas desprevenido, 
ingenuo...
y pensabas que tu  felicidad 
había llegado para quedarse.

¡Estás condenado!
a ser frágil, incompleto, cruelmente humano;
a seguir buscando, a no encontrarte.

Sabes que nunca volverás a lo que eras;
mas, al perder, también ganaste 
...tu derecho a sentir, 

No te conformas, 
no lo aceptas, 
te enojas,
y cometes el peor pecado posible:
maldices el haber tenido aquello
que no pudiste conservar;

Abjuras de tu historia
y entonces,
pierdes la memoria
y, lógicamente
 vuelves a comenzar.