Te vas lentamente, tan lenta tu marcha
que parece que te quedaras…
Pero no hay duda de que te estás yendo.
Con meticuloso cuidado cierras una a una las puertas detrás de ti,
las cierras varias veces: tu costumbre de siempre.
A veces hasta vuelves para asegurarte de que estén bien cerradas,
mueves el picaporte tres o cuatro veces,
y luego sigues un poco hasta la siguiente puerta
que puede presentarse hoy o tal vez mañana.
Y así va tu vida,
incorruptible, inconmovible, sorda
prolijamente cerrándolo todo, incluso tus ojos…
2 comentarios:
Mui interessante!
Un abrazo peludo.
OBRIGADO AMIGO! Adorei tb o teu site.
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