viernes, noviembre 22, 2013

Entropía

Un rayo azotó mi cabeza
quemó mis memorias.

Miro el reloj y me doy cuenta
de que se ha escurrido un año.

Es increíble cómo tus detalles 
se van decolorando,
y el dolor junto con ellos.

Nos hemos marcado profundamente. 
No fue azar, no fue un “cruce de caminos”
Fue una embestida de lleno a toda velocidad.
Tan potente fue el impacto
que algo de cada uno se incrustó en el otro.

El calendario me despabila: ¡ya pasó un año!
En este año no madrugué para cuidarte
no me desvelé pensándote
apenas si lloré unas pocas veces
recostado en tu ausencia.

La entropía conquista mi cabeza,
avanza tiernamente;
mientras me visita una calma fresca,
casi diría: fría.

¡Cuán silenciosa es la labor de la entropía!
que sin darnos cuenta nos desliza
hacia un sueño
que ya no suspira.

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